“No se inunda más”
Mauricio Macri, ex-presidente de la Nación
Es tarea poco sencilla dar una presentación de este curso de agua, que se diferencie del primer
párrafo que lo define en Wikipedia. Es que este arroyo que nace en la localidad bonaerense de
San Justo y que luego de recorrer 21.30 km desemboca en el Río de La Plata, no tiene mucho
en especial. Aunque sí guarda amargas sensaciones para los vecinos que viven en los 10 barrios
porte?os que cruza por debajo de la avenida Juan B. Justo.
Hace menos de 10 a?os, las inundaciones en esa zona eran características cada vez que se
sucedían una tormenta o lluvias de variada intensidad. Las quejas de los habitantes o
comerciantes de esa porción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires atraían a los distintos
medios de comunicación, que desarrollaban un sinfín de artículos y noticias reflotando un
problema por el que no se tomaban las medidas justas para solucionarlo.
El Ingeniero Leonardo Costa, Gerente Comercial de Pilotes Trevi, explica que las obras de los
túneles aliviadores del Arroyo Maldonado fueron una respuesta a esa demanda que desde
hacía tanto tiempo se exigía a las autoridades de la ciudad. Y fue en la época de gobernación
de Mauricio Macri cuando se logró llevar adelante este proyecto, que se venía postergando
por décadas. El mismo consistía en un nuevo entubamiento del arroyo que complementase al
ya existente, el cual no daba abasto y era más que insuficiente. Para tal fin, la empresa
ganadora de la licitación, Ghella SpA, contaba con una máquina tunelera que debía armar y
lanzar desde un pozo de salida. Un pozo que necesitaba tener un diámetro importante, por las
dimensiones del equipo a utilizar. Pues bien, la ejecución de ese pozo fue el trabajo que
ejecutó Pilotes Trevi.
Sentado en uno de los asientos de su oficina y marcando detalles en el monitor donde se
proyectan imágenes de las tareas realizadas, Leonardo brinda una presentación del trabajo
efectuado. “Construimos un cilindro de hormigón armado, para el que se usaron 10.000 m3 de
dicha materia prima y 560 toneladas de armaduras de hierro. O sea, una obra muy importante
en cuanto al volumen de material utilizado. Estamos hablando de un cilindro de hormigón
armado de 1,20 m de espesor, con un diámetro interior de 40 mts y 55 mts de profundidad”.
Eso fue lo que permitió el ingreso de la tunelera que el Contratista Principal empleó para el
trabajo, que desde allí comenzó a confeccionar las galerías que serpentean por debajo de la
Av. Juan B. Justo y que traerían la ayuda necesaria al entubamiento pre-existente.
El cese de inundaciones fue la consecuencia directa de la finalización del trabajo. Sin embargo,
no sería el único hito alcanzado, ya que además se habían conseguido otros dos récords. Uno
fue que al poder excavar tan profundo por dentro de la cámara que Trevi construyó, se logró
pisar la arena del puelchense, en seco, por primera vez en la historia del país. Mientras que el
segundo consistió en la utilización de una hidrofresa para construcción de muros colados
profundos, algo que nunca se había practicado en el territorio nacional. Ambos hitos fueron
conseguidos gracias a la intervención de Pilotes Trevi.
“La geología típica de esta zona de la ciudad presenta un manto inicial de arcillas del post-
pampeano, por debajo de la misma está el manto de limos pampeanos y después ya por
debajo de los 30 metros de profundidad se encuentran las arenas puelchenses. Dentro de este
manto de arenas está el acuífero que pasa por acá (se?ala en la pantalla), entonces si en una
excavación se llega al puelchense hay surgimiento de agua a presión. En muchas obras esto
puede ser un dolor de cabeza, ya que el agua del puelchense, al estar en presión, comienza a
salir sin control y si no está bien equilibrada la excavación se inunda el sitio de trabajo. En este
caso, se había hecho una buena labor y se pudo excavar en seco. Es decir, se pudo generar un
recinto estanco para que la Contratista Principal, pudiese trabajar con la tunelera”, explicó el
ingeniero.
Por otro lado, la hidrofresa que Trevi trasladó desde el exterior, es un equipo cuya estructura
consta de un rodamiento tipo tractor oruga, que posee una cabina de mando donde se
posiciona el operador y desde allí controla los parámetros de excavación, el desvío de la misma
y el resto de la información que permite que el trabajo se pueda ir monitoreando en tiempo
real De la pluma del equipo pende el cuerpo fresante, que ayudado por dos discos o ruedas
que se ubican en su base inferior va excavando el suelo. Estos discos van girando en sentidos
contrarios y van excavando la tierra que se encuentra por debajo. Además, dentro de ese
cuerpo fresante la máquina posee una bomba que, valga la redundancia, bombea el terreno
excavado a la superficie, mezclado con los fangos de bentonita. Esta última es un
impermeabilizante de origen natural que evita el desmoronamiento del pozo conformado.
Entonces, toda la materia absorbida se dirige a una planta de tratamiento y desarenado del
suelo y la bentonita, que funciona como central de tratamiento del fango. Allí se procesa lo
recibido, separando el contenido grueso de la bentonita, la cual se recicla, y se bombea al
socorro de la buena salud del pozo excavado. Lo que podría llamarse como un ciclo cerrado,
que finaliza una vez alcanzada la profundidad de excavación deseada. En ese momento, el
cuerpo fresante del equipo de hidrofresa se retira del pozo y se procede con las tareas de
bajada de armaduras y hormigonado. Aunque esa es otra historia dentro del proceso de
trabajo.
Todo esto que suena tan moderno y evolucionado tiene sus complicaciones, porque conducir
este equipo requiere de conocimientos específicos que el personal local de ese momento no
tenía. No hay que olvidarse que el equipo nunca había sido utilizado en este país. Por ello,
hubo que convocar personal capacitado de Italia, para que la operasen. Así como también
intervinieron mecánicos, electricistas y operadores de la planta de desarenado de los fangos
bentoníticos. Toda una comitiva internacional capaz de darle vida al gigante electrónico. Sin
embargo, a la larga estos movimientos trajeron buenos resultados, ya que el personal local
aprendió los manejos del equipo y en un posterior proyecto se emplearon operarios
argentinos. Esto convierte a Pilotes Trevi en una de las pocas empresas del país que cuentan
con esta tecnología y con personal apto para conducirla, lo cual no es un detalle menor.
Los Túneles aliviadores del emisario principal del Arroyo Maldonado fue una obra que se
desarrolló en el predio de Punta Carrasco, en la Costanera Norte de la ciudad de Buenos Aires
y que duró alrededor de 6 meses. No solo dejó la satisfacción de haber contribuido a la
solución de un problema estructural de la ciudad, sino que ha legado un importante activo
para la empresa: crecimiento tecnológico y desarrollo del recurso humano. Por todo esto, y
parafraseando al ex-presidente Macri, podría exclamarse que “?no fue una obra más…!”..
por Ezequiel Taddeo